¿Y si en vez de envejecer… pudieras rejuvenecer?
Esa es la pregunta, tan provocadora como obsesiva, que guía la vida de Bryan Johnson. No es un personaje de ciencia ficción ni un millonario excéntrico sin rumbo. Es un emprendedor tecnológico que, después de vender su empresa por cientos de millones, decidió dedicar su vida a un proyecto radical: optimizar su cuerpo hasta revertir su edad biológica.
Suena inverosímil. Pero lo está logrando.
Según análisis médicos independientes, Johnson ha conseguido reducir la edad de su corazón a la de un joven de 37 años, su piel tiene los marcadores de una persona de 28, y su capacidad pulmonar equivale a la de un adolescente de 18. Tiene 46 años, pero su edad biológica media se estima en unos 31.
Todo gracias a un protocolo diario llamado Blueprint, que combina ciencia, datos, disciplina y una fe absoluta en el poder del biohacking.