En los últimos años, el biohacking ha pasado de ser un concepto de nicho a una tendencia global. ¿Por qué? El biohacking se ha vuelto tan popular principalmente porque vivimos en un mundo acelerado, lleno de estrés, pantallas y hábitos poco saludables que afectan nuestro bienestar. La gente busca maneras de optimizar su salud y rendimiento sin depender exclusivamente de medicamentos o soluciones complicadas.
Además, gracias a internet, cada vez hay más acceso a información sobre cómo pequeñas mejoras pueden marcar una gran diferencia en la energía, la concentración y el estado de ánimo. Influencers, empresarios y deportistas han impulsado este movimiento compartiendo sus experiencias con estrategias de biohacking, desde cambios en la alimentación hasta técnicas avanzadas como la terapia de frío o el uso de tecnología para medir el rendimiento físico y mental. Y lo mejor es que cualquiera puede empezar sin necesidad de grandes inversiones o conocimientos científicos.
Un caso especialmente conocido es el de Bryan Johnson, un empresario tecnológico que ha llevado el biohacking al siguiente nivel. Johnson sigue un protocolo diario extremo para intentar revertir su envejecimiento, invirtiendo millones en su bienestar físico y mental. Si quieres conocer su historia completa, puedes leer nuestro artículo sobre Bryan Johnson y el precio de la longevidad.